martes, 8 de febrero de 2022

Buitres negros

Los buitres negros no son una especie que suela observar con frecuencia. No frecuento hides ni cebaderos, y si bien siempre llevo la cámara de fotos encima, no entiendo otra manera de salir al campo que llegar al amanecer, caminar mínimo mis veinte kilometritos y fotografiar, simplemente, lo que se cruce. Así pues, aunque es cierto que a lo largo de los años he hecho muy buenas fotografías de casi cualquier cosa (tengo también un decente equipo réflex, aunque ya apenas lo uso), nunca cuelgo esas fotos que parecen retratos, con los bichos prácticamente posando, con obturación y apertura calculadas matemáticamente. Me parecen todas iguales. La verdad es que a mí siempre me han gustado más las fotos a mano alzada y al paso. Los cientos de imágenes que llevo tantos años compartiendo aquí están hechas de esa manera. Es evidente que no van a tener la misma calidad artística que una foto en un cebadero de rapaces con un equipo de cuatro mil euros, pero creo que se nota lo que hay tras ellas.

En esta entrada me voy a limitar a compartir unas pocas fotos apresuradas (también tengo la mala costumbre de no molestar a los animales) de unos buitres negros (Aegypius monachus) que se me cruzaron en el camino la semana pasada. El primer encuentro tuvo lugar en Tamajón (Guadalajara), dos buitres al amanecer. Lo más destacable de la escena era lo bien que se podían distinguir el individuo joven, casi totalmente negro, y el adulto, con la librea pardo oscura característica de la especie.




Unos pocos días después, aprovechando este desagradable anticiclón invernal pateando por la vertiente segoviana de la sierra, pasé cerca de un buitre negro adulto, posado en lo alto de un pino silvestre, apenas una hora después de la amanecida. Si bien la visión de estas graves aves en la llanura, con su solemne aspecto de sacerdotes o predicadores dementes, es impresionante, me causó más impresión el buitre posado en la copa del árbol. 



Según datos de la empresa SEO Birdlife, el buitre negro contaba en 2017 con 43 colonias y 6 parejas aisladas, arrojando un total de poco más de 2.500 individuos. En 2020 se censaron 152 parejas con 98 pollos en la colonia de Rascafría, de la que deben provenir estos buitres que me topado estos días. Esperemos que, cuando los buitres negros se dejen caer por las sierras de Guadalajara, los "responsables" del medio natural los traten mejor que a los lobos... cosa que probablemente harán, ya que todos sabemos que hay animales de primera y de segunda.