sábado, 17 de octubre de 2009

II Día de la Serranía de Guadalajara

El martes pasado, cuando comencé mi andadura de dos días por el Macizo de Ayllón partiendo de Valdepinillos, ví en la placita del pueblo un cartel que me llamó la atención: anunciaba para el sábado siguiente el II Día de la Sierra de Guadalajara, un evento impulsado por una asociación cultural y patrocinado por las administraciones públicas. Tan interesado como estoy por esta zona, no podía perdérmelo.

Esta mañana de sábado ha sido agradable. El evento ha tenido lugar en el tranquilo Galve de Sorbe. Se fletaron autobuses para recoger por los pueblos de las serranías de Ayllón, Pela, Alto Rey, Ministra y Barahona a los vecinos y acercarlos al lugar. La fiesta ha sido un modesto homenaje a los habitantes serranos que han evitado que todas estas montañas se hayan despoblado completamente.

Desde primera hora se ofreció un festivo desayuno "itinerante" a base de rosquillas(muy buenas), chocolate y vino dulce. A mí me dieron un anís tan fuerte que me supo más bien a absenta:

Trabajos de alfarería y oficios tradicionales, como artesanías con mimbre y encaje de bolillos:

Preciosa talla en madera que representa fauna típica de las serranías de Guadalajara. De arriba a abajo vemos un corzo, una gineta, un buitre leonado, una ardilla, un búho, un lagarto y una víbora. Dos vacas, que ya son por aquí como un ungulado salvaje más, completan el conjunto:

Hubo vigorosos bailes tradicionales serranos con castañuelas. Los mayores no se resistieron tampoco al pasodoble. Nótese que mujeres y dulzaineros se ataviaron con los atuendos populares:

Más tarde se ofreció paella y caldereta. En definitiva, una jornada festiva humilde, tranquila y agradable, como todo en el norte de Guadalajara. Un verdadero paraíso... que puede dejar de serlo.

Proyecto de parque natural para la Sierra Norte de Guadalajara

Un futuro que siempre ha sido gris, puede tornarse negro. O de otro color menos agradable.

La organización había dejado por allí varios ejemplares de un nuevo periódico, "La serranía"(año I, nº1). La mayoría fueron doblados por los ancianos, a modo de sombrero, bicornio o tricornio, para protegerse del sol. De entre todas las noticias de dicho periódico(muy bueno), destacaría una que no conocía y me sorprendió. Está en proyecto la declaración como Parque Natural, con área de 125.000 hectáreas, de la mayor parte de las serranías de Guadalajara, incluída toda la parte que le corresponde del Macizo de Ayllón, ampliamente descrita en esta página.

Tanto como adoro y defiendo estos montes, debería alegrarme de que se promocione su protección. ¿Quién se opone a un Parque Natural? Nadie. Y el que lo hace, se calla y traga. Sin embargo, al leer esta noticia, he sentido miedo. Miedo porque conozco muy bien la zona, y sé que su encanto y conservación se deben en gran medida a lo desconocida que es. Miedo porque ser Parque Natural va a traer obras, señalizaciones, comunicaciones: facilidades. No facilidades para el nativo, sino facilidades para dominguero, para el joven irrespetuoso, para el aventurero made in Decathlon, para el que ensucia, para el que destruye a cambio de dejar dinero.

El objetivo es "acercar la sierra a la ciudad", palabras textuales hoy de la presidenta de la Diputación. Cualquier naturalista sabe apreciar el contenido siniestro de esas palabras.

Espero, de corazón, que todo Ayllón no se convierta en otro Gredos o en otro Guadarrama, en otro espectáculo deleznable de fin de semana de madrileños sucios y aburridos, de montes tapizados de colillas, de sendas prefabricadas, de hormigueo de coches. Lo que va a pasar aquí lo tenemos ya en el prostituido Valverde de los Arroyos, que ha perdido su encanto por ser naturaleza fácil... Su pradera es un merendero para grupetes de amigos con calimocho, y qué decir de las chorreras, trepidante aventura de 15 minutos, donde, a falta de papelera, muchos recurren a la opción más fácil. Al final, el Ocejón tendrá una escalinata para subir cómodamente, paneles con flechas, para que la señora que va a ver la cascada (taconcitos, cigarro y carrito con bebé incluido) pueda hacerlo también a la cima, para comerse allí un filete empanado.

¿Terminarán así todas las aldeas de la arquitectura negra? Parece que eso se busca.

Yo, por mi parte, habría apostado por Reserva de la Biosfera, por una figura más seria y aséptica, dedicada sólo a proteger y limitar; porque como geógrafo sé muy buen lo que puede traer éste Parque Natural, ésta "dinamización", éste "reclamo turístico" como han dicho los políticos que había hoy en Galve. Me temo que hay peligro de que no sea un Parque Natural, sino un "parque temático". Además, la zona ya está protegida: incluye el PN de Tejera Negra, la Reserva Nacional de Caza de Sonsaz, la Reserva Natural del Pico del Lobo-Cebollera, etc.

Así pues, deduzco que lo que se quiere no es proteger sino sacar rendimiento económico a un área que, debidamente edulcorada, puede ser un buen reclamo. Al final, todo dependerá del enfoque de la administración cuando meta mano. Pero por lo que he oído y leído hoy, no pinta bien.

Espero no haber conocido Ayllón en sus últimos años como naturaleza libre.


Otros enlaces a la funesta noticia:

http://www.20minutos.es/noticia/279631/0/sierra/norte/guadajalara/

http://www.nuevaalcarria.com/noticia.asp?ref=53080