domingo, 17 de noviembre de 2019

Ignorantes por voluntad

Hace un par de semanas, tomaba algo en la terraza de la cafetería de una facultad de Alcalá. En la mesa de al lado, un grupo de cuatro universitarias estaba jugando a una de esas aplicaciones tipo Trivial, consistente en contestar sucesivas preguntas de cultura general sobre temas diversos, como historia, sociedad, naturaleza o deportes. Las respuestas que daban, entre carcajadas, felices de su bajo nivel de conocimientos generales, helaban la sangre. Entre muchas otras cosas que no recuerdo, me sorprendió que las chicas (universitarias, repito, y no de primer año) no sabían quiénes eran Carlos II ni Fernando VII, desconocían en qué años transcurrió la II Guerra Mundial o qué tipo de animal es una comadreja. En situaciones tan cotidianas como aquélla no es raro llevarse alguna bofetada de realidad, muestras en crudo, sin vaselina, de la crisis de cultura y lectura en que estamos inmersos, y cuyas consecuencias pagaremos todos. Porque, pese a que algunos no lo entiendan, la cultura no consiste en conocer fechas o las vidas de tipos aburridos que vivieron hace siglos, sino en tener una visión crítica e imparcial de las cosas y entender en qué mundo vives. Para que no hagan contigo lo que les da la gana.

A colación de la árida incultura de aquellas cuatro universitarias, porque incultura histórica y opinión política son vasos comunicantes, poco después me encontré una crítica, en formato meme, del programa del nuevo partido de ultraderecha español (esos tipos tan machos que siempre aprovechan cualquier excusa para reaparecer). La viñeta no estaba hecha por ningún intelectual, sino por algún chaval rojillo de esos que son ignorantes por voluntad propia. Uno de los puntos criticados de aquel programa político era, precisamente, uno de los pocos que ese partido tiene con algo de cordura. Decía algo tipo "reconocimiento de la aportación de España a la humanidad". Parece que según algunos eso es fascista, y en lógica consecuencia, aparecía al lado la caricatura de un conquistador español diciendo "todavía me pica la picha sólo de pensarlo". La historia de uno de los países más viejos del mundo, reducida a zumbarse indias, se supone que contra su voluntad. Estas cosas primero me calientan la sangre, aunque después me invade una resignada tristeza. Hablando en plata, ¿se puede ser más tonto? ¿Qué se está haciendo mal? Ese el nivel crítico y de perspectiva histórica de los jóvenes politizados de izquierda, y seguramente de muchos que no lo son, ni jóvenes ni de izquierda.

Así que quiero dedicarle este articulo al sublime pensador que hizo aquel meme. Mira. Dudo mucho que alguna vez leas esto, porque más de cuatro palabras seguidas que no sean un panfleto político para perpetuar tu tontería seguramente se te atraganten. Veo que para ti, en todos los siglos de historia de España, lo único que hicieron nuestros -nuestros- abuelos fue abusar de indiecitas inocentes que vivían felices fumando hierba y bebiendo calimocho en el paraíso terrenal. Y sé que eso no va a cambiar, porque los bobos por elección sois incorregibles. Pero te voy a enumerar algunas minucias que podrían entrar en esa cosa fascistoide del "reconocimiento de la aportación de España a la humanidad". Atiende. España ha creado fuera de sus fronteras cincuenta y dos conjuntos culturales considerados Patrimonio de la Humanidad, bastantes más que ningún otro país del mundo y, contando los que tenemos aquí, suman noventa y tres. España fundó setecientas ciudades en América, sólo al siglo de llegar. Veintisiete universidades. Dieciocho colegios de educación superior. Cuarenta y una catedrales. Incontables iglesias y hospitales. Realizó sesenta y tres expediciones científicas, sólo durante la Ilustración. Fue pionera en cosas como la fundación de la Academia de Ciencias y Matemáticas o  del primer centro psiquiátrico. Seguramente no tengas ni puta idea de quiénes fueron Goya, Velázquez, Elcano, Cervantes, Servet, Balmis, Jorge Juan o Celestino Mutis, o qué fue la Casa de Contratación de Sevilla. No tendrás ni idea de quiénes fueron ni qué hicieron todos aquellos fachas. Seguro que no. Pero por favor, si eres analfabeto por voluntad propia, haz el favor de no intentar contagiarlo a los demás. Quédatelo para ti.