jueves, 22 de junio de 2017

Vocabulario y términos cinegéticos (I)

Siempre he encontrado atractiva la infinita variedad de palabras que tiene el castellano para definir las riquezas del mundo de la caza. Yo mismo utilizo con frecuencia muchos de esos vocablos cuando escribo o en el día a día. Siempre me han gustado especialmente “vareto”, que define a los ciervos de un año con dos únicas cuernas rectilíneas, y sobre todo “macareno”, para los grandes machos viejos y solitarios de jabalí. Existe en el glosario de términos cinegéticos toda una colección de palabras bellas que han evolucionado en el tiempo a la vez que esta noble actividad inmemorial tan antigua como el hombre. Me vienen a la mente palabras y expresiones como alicortar, collera, descaste, aguardo, batidor, ir cogío, trezna, encame, enfajar y otros tantos, hermosas palabras cazadoras, un diccionario técnico y particular de gran valor.

Sin embargo, más allá de la belleza del lenguaje o de su aparente elegancia, se oculta como siempre la única y cruel realidad de la caza, habitualmente edulcorada en todos estos términos y palabras que aparecen con frecuencia en prensa y conversaciones cotidianas, haciéndonos olvidar que cazar es simplemente matar animales por diversión o negocio. Pese a la cada vez mayor sensibilidad social por los animales y el medio ambiente, he observado durante los últimos años una preocupante tibieza general frente a todas estas práctica crueles, o bien una tendencia a asumirlas como razonables o legítimas, especialmente entre gente joven.

Muchos ciudadanos, dentro de su ignorancia sobre el placer y disfrute que puede generar tirotear animales indefensos, pueden asumir que la caza sea una afición necesaria y normal cuando no lo es. Así pues, en este artículo vamos a ver coloquialmente a qué se refieren en realidad algunos de los términos cinegéticos más en boga en nuestros tiempos, ese vocabulario propio de la caza que todos vemos a diario en los medios de comunicación y redes sociales:

- Alimañas y Control de Predadores: “alimaña” es un término hoy plenamente vigente en la España rural(incluida su prensa) que hace referencia a todo tipo de depredadores. Engloba principalmente al zorro y al meloncillo pero incluye también al lobo, a todas las especies de mustélidos, a las aves rapaces, los córvidos y ahora también a cormoranes, garzas y nutrias. Después de los oscuros años de la Dictadura y sus “Juntas de Extinción de Alimañas” (bandas de asesinos profesionales dedicados a aniquilar a los animales más valiosos de nuestra fauna), actualmente en España esto sigue existiendo bajo el eufemismo de “Control de predadores”.

- Caza con galgos: práctica prohibida en la mayor parte del mundo por su crueldad inherente con estos perros. Todo español que se precie ha visto o tenido noticia de los galgos ahorcados o tirados en pozos a las afueras de los pueblos. Cuando el galgo pierde facultades con la edad y se le escapan las liebres deja de ser útil para el galguero: según datos de la asociación “SOS Galgos”, en España se abandonan o son asesinados más de 50.000 galgos al año.

- Caza con arco: hoy en día es preocupante cómo esta modalidad de caza es vista como una práctica noble y respetuosa incluso entre población urbana con un alto nivel de formación. Los cazadores que la practican se autodefinen como “cazadores de verdad”, al prescindir de las armas de fuego. Sin embargo, la caza con arco causa heridas terribles a los animales y pocas veces mortales al primer disparo, con lo que es común tener que perseguir a la presa, que se desangra durante horas en el mejor de los casos. No son extraños los hallazgos de corzos con flechas clavadas en la cabeza y el cuerpo, que permanecen ahí para siempre causando gran agonía. Ésta salvajada está siendo promocionada por algunas comunidades autónomas para controlar poblaciones de jabalí cercanas a los núcleos habitados.

- Cazador furtivo: cazador que no respeta las Leyes de Caza establecidas, aunque entre legalidad e ilegalidad hay una frontera muy frágil; no hay más que darse una vuelta por páginas de cazadores o escucharles en los bares para darse cuenta de lo que harían si pudieran. El furtivismo está íntimamente ligado a la caza legal: se estima que más de 9.000 animales mueren anualmente en España por cebos envenenados(en los cotos) y más de 4.000 aves protegidas son recogidas después de haber sido disparadas por cazadores(probablemente sólo se encuentra uno de cada cuatro ejemplares abatidos).

- Cazador profesional: aunque parezca mentira, esta figura existe. Se trata de una especie de gestores o agentes con una extensa red de contactos adinerados y peces gordos a los que les gusta que les lleven a cazar de la mano a matar al animal más espectacular posible. Los cazadores profesionales son esos tipos que aparecen con frecuencia en las fotos junto a los asesinos ricachones que posan junto a cadáveres de leones, leopardos, jirafas o elefantes. Se trata de un negocio extremadamente lucrativo que mueve muchísimo dinero. En España, algunas agencias hacen esto con los lobos y ya están solicitando hacerlo con los osos. Es complicado dar más asco.

- Control poblacional: término que pudiera parecer íntimamente ligado al de descaste, “control poblacional” se utiliza hoy en día para solicitar(y conseguir) de las administraciones matanzas indiscriminadas de animales supuestamente incómodos para un determinado sector. A modo de ejemplo, en Asturias se matan diariamente cormoranes por las demandas de los pescadores o lobos por las demandas de los ganaderos. Nunca se dice que los animales abatidos son meros chivos expiatorios de los que piden matarlos para ocultar los verdaderos problemas del campo, de los que ellos son responsables. Los cazadores, por supuesto, siempre están dispuestos a socorrer a sus desamparados amigos como los guardianes del medio rural y la diversidad que son. A base de plomo.

- Daños colaterales: ruego se me permita incluir aquí éste término militar, pues al fin y al cabo hablamos de plomo y muerte. Se estima que en España mueren cada año más de 40 personas durante el ejercicio de la caza(no exclusivamente cazadores), unas 15 sufren graves heridas con invalidez grave y cerca de 1.000 sufren otras lesiones de diversa consideración. En este violento contexto, son frecuentes los casos de amenazas a ciudadanos, senderistas, ciclistas o agentes forestales que se topan de cazadores. Los encañonamientos, amenazas graves, agresiones y coacciones por parte de los cazadores a los ciudadanos son constantes y por supuesto sin consecuencias legales.

- Descaste: éste término cobarde aparece con frecuencia en la prensa escrita y digital. Descaste significa “matar porque hay muchos”. Las estimaciones no son válidas: he conocido cazadores que en un coto censan 300 perdices cuando realmente no había apenas 50; acabar con todas no les preocupa porque entonces las sueltan de criadero. En los descastes todo vale: ciervos, jabalíes, conejos, urracas, zorros, etc. Los cazadores nunca plantearán una gestión eficiente del equilibrio ecológico de otra manera que no sea descastando a tiros.

- Ecolojetas: es el insulto de moda dentro del sector cinegético para todo aquel que no comulgue con sus sanguinarios argumentos. Dentro del imaginario del cazador español, todo buen ecolojeta es además maricón y podemita. No importa que se trate simplemente de una persona sensibilizada con la naturaleza o de un doctor en biología que lleve toda la vida trabajando en la conservación. Curiosamente la caza, negocio sucio donde los haya, muchas veces subvencionado a fondo perdido, es muy dada a criticar que los ecolojetas lo son únicamente por dinero.

- Emergencia cinegética: imagínense a un cazador tranquilamente en su casa. Alguien le llama por teléfono y le dice “se ha declarado tal pueblo zona de emergencia cinegética por el exceso de población de conejos y ciervas”. El cazador, preocupado por conservar la Naturaleza, sale corriendo para salvar el mundo rural y natural, armado hasta los dientes por supuesto, sin siquiera despedirse de su señora. Bromas aparte, la declaración de una zona como “emergencia cinegética” supone dar permisos para cazar todo el año. Generalmente, estas “emergencias” son provocadas por agricultores-cazadores que junto a su sembrado ceban fauna salvaje artificialmente y a propósito para que les destrocen la cosecha. Así cobran una compensación y pueden matar cuando quieran o cobrar por el coto. En el mundo de la caza está todo muy bien hilado.

- Licencia de caza: hoy en día se trata de un mero trámite fraudulento. No hay nada más fácil que hacerse cazador, ya que conseguir la licencia suele carecer de pruebas prácticas, en algunas comunidades ni siquiera hay examen de conocimientos y en otras como Galicia es tan sencillo que “basta con acertar la mitad y los errores no restan”. Muchos psicotécnicos se aprueban bajo coacciones de los compañeros del novato al examinador. Hasta el más tonto puede ser cazador, ya no digamos los violentos.

- Media veda: actualmente, la media veda es una de las realidades criminales más infames de la caza. Prohibida en la mayoría de países de nuestro entorno y en varias comunidades autónomas, la media veda no es más que un permiso para “matar para desahogarse” hasta que empiece la temporada.  Dependiendo de la comunidad, se abre en agosto o septiembre, cuando la mayor parte de las especies a tirotear están todavía en período reproductor; en general se autoriza matar codorniz, tórtola común, zorro, corneja negra, urraca o gaviota patiamarilla, entre muchas otras. Especies la mayoría sin interés culinario alguno, que se matan por puro placer. Muchas de las especies víctimas de la media veda se encuentran en plena migración, pero hablar con un cazador de la bajeza moral que es matar una torcaz que ha viajado hasta su puesto de tiro desde Noruega es perder el tiempo. Además, no hay que olvidar que las poblaciones de tórtola han descendido dramáticamente un 25% en los últimos años o que la codorniz en muchos lugares se encuentra en una situación más que precaria. Nada de eso no importa.

- Plomo: el plomo(Pb) es un elemento altamente contaminante que ha provocado graves alteraciones ecológicas en ecosistemas vulnerables como los humedales. He visto a cazadores entrar en trance cuando les dicen que sería necesario cambiar el compuesto de la munición. A modo de dato objetivo, a finales de esta pasada temporada 2016-2017 se hizo una tirada de zorzales en Extremadura donde se mataron 4.000 zorzales(en una mañana) para lo que fueron necesarios más de 10.000 tiros de escopeta: esto son 250 kilos de plomo en el monte. Creo que sobran las palabras.

- Rehala: los perros de rehala, generalmente podencos, pasan la mayor parte de su vida encerrados entre sus propios excrementos sin apenas ver la luz, condenados a una existencia de violencia y desesperación. Todo el mundo habla del genocidio de galgos cada mes de febrero pero nadie habla de los podencos y otros perros de caza, considerados meros objetos, de los cuales no he podido siquiera encontrar cifras de las tasas de abandono o muerte.

Cuando quise redactar este artículo pensé en limitarme a una serie de definiciones realistas de los términos cinegéticos más populares, como “montería”, “rececho”, “ojeo“, “precinto” o “subasta”; pero para conocer la oscura pero lucrativa realidad que hay detrás de ellos no hay más que informarse un poco en internet, aunque advierto que hay que tener la piel muy dura y el estómago a prueba de bombas. Así pues he decidido limitarme a un puñado de términos del vocabulario de la caza que hoy en día aparecen con frecuencia en la prensa o las redes sociales y que no sabemos valorar como realmente merecen.

La caza es un constante atentado legalizado contra todos los aspectos de conservación del medio ambiente, restauración de hábitats naturales, leyes europeas, bienestar animal y aspectos socioeconómicos que puedan plantearse. Innumerables informes científicos e incluso sentencias del Tribunal Supremo dejan claro que la caza no sólo no favorece el equilibrio ecológico ni ayuda al mundo rural sino que hace todo lo contrario. Así pues, ante la constante y desvergonzada sarta de mentiras y manipulaciones gracias a las cuales sobrevive este tétrico sector, la sociedad civil debe estar informada y tener argumentos sólidos para posicionarse con determinación.