lunes, 8 de noviembre de 2021

Víbora hocicuda

De la misma manera que en la entrada anterior, comparto unas fotografías de uno esos encuentros que suele tener el observador curioso, una vez abandona las montañas con la llegada de la noche. Conducía, despacio y atento, por una pista forestal en una zona remota de Guadalajara; es innegable que los años de experiencia aguzan los ojos, que se me fueron a lo que parecía una rama, una rama de longitud y grosor característicos. Se trataba, en efecto, de una víbora hocicuda (Vipera latastei), tendida sobre el camino.

Detuve el coche y bajé para sacarla fuera de la pista, aunque la probabilidad de que pasase otro vehículo era más bien escasa. Al acercarme, la víbora se retiró sin más, como si fuera una coronela, y se encaramó a las pizarras del arcén. Allí terminó su paciencia, dijo "ya está bien", se plantó, bufó e hizo frente. Como benefactor, consideré que me merecía sacarle unas fotos de forma pacífica.




Está especie se encuentra catalogada como vulnerable y se encuentra en retroceso. En muchos lugares se ha vuelto realmente escasa. Como curiosidad, la hocicuda no está citada en la zona donde hice las fotos.