domingo, 31 de enero de 2021

Esos lobos que no comen cabra montés

Hace unos días, me enviaron un artículo colgado en la web del Parque Nacional de la Sierra del Guadarrama, "A vueltas con el lobo...en Guadarrama", firmado por Juan Vielva y Fernando Horcajada, en el que hablan del asentamiento del lobo en la sierra; tratan de transmitir, para que lo entienda todo el mundo, primero el importante papel ecológico del lobo, y segundo, que la convivencia del depredador con la ganadería extensiva es perfectamente posible, siempre y cuando las poblaciones de ungulados silvestres en las zonas loberas gocen de buena salud. Y es cierto. Argumentan que, en 200 muestras de heces de lobo recogidas, han encontrado un 82% de presencia de ungulados silvestres frente a un 18% de ganado, aunque no detallan la prevalencia o el porcentaje de cada presa, ni a lo largo de cuanto tiempo se ha realizado ese muestreo, ni en qué época del año, ni si se ha incluido un monitoreo territorial de manadas concretas de lobos para interpretar su uso del territorio (esto no se hace en España) y su relación con las zonas ganaderas o esos ungulados silvestres.

Siempre podemos considerar positivo que, desde organismos oficiales, se hable de la convivencia con el lobo y de su importante papel ecológico, aunque después esos mismos organismos que pagamos todos no apliquen las leyes para proteger al lobo, a lo cual están obligados. Dejando eso de lado, en el mencionado artículo de Vielva y Horcajada hay algo que llama poderosamente la atención: en él no existe mención alguna a la cabra montés como "ungulado silvestre", "presa silvestre" o "presa disponible" ni nada parecido, aun cuando supuestamente existe sobrepoblación. Parece que no existen las cabras monteses en el Guadarrama o que el lobo no tiene relación alguna con ellas. Sin embargo, la realidad es que el lobo del Guadarrama, tanto en la vertiente madrileña como en la segoviana, depreda sobre la cabra montés desde hace más de una década; es más, el Observatorio del Lobo dedicó incluso una jornada completa en el Museo de Ciencias Naturales para dar a conocer a la sociedad este hecho tan positivo.

Es evidente que un ungulado silvestre cuya población goza de buena salud en la sierra, como es la cabra montés, significa un recurso trófico importante para el lobo. Sin embargo, ¿por qué ni siquiera se menciona a la cabra como especie en un artículo firmado por una entidad oficial? ¿Por qué no explican si en esas 200 muestras aparecían restos de cabras? ¿Qué sentido tiene ocultar que en un Parque Nacional español se da esta relación entre lobos y cabras salvajes? Si el lobo es un regulador natural de las poblaciones de ungulados, ¿no es el lobo clave para controlar las cabras? No sé si ese elocuente silencio tendrá algo que ver con el empeño que se tiene desde hace años en "extraer", rifle mediante, miles de cabras de la sierra madrileña. Para justificar esa matanza, que ya fue paralizada en los tribunales, pero a la cual nadie renuncia, no es para nada útil el hecho de que el lobo sea ya un regulador natural de la sobrepoblación de cabra montés.

Hay dos cosas evidentes: primero, que los gestores siguen enrocados en la no depredación del lobo sobre la cabra, y segundo, que los autores eluden el asunto. Como siempre, se echa de menos claridad en la valoración que las entidades públicas hacen del lobo ibérico. Demasiados intereses poco honrados priman en España sobre la conservación misma. Personalmente, no entiendo que, siendo tan fácil ser valiente, decir la verdad y hacer las cosas bien, ¿por qué se hacen tantos malabares con el lobo?

Referencias: 

"A vueltas con el lobo...en Guadarrama"