viernes, 16 de octubre de 2020

Siempre hay un justo en Sodoma

En un principio, alguien que tenga interés por la conservación de la naturaleza puede pensar que todas las personas que trabajan en ella se ciñen a valores como la ética o la honestidad. Sin embargo, apenas bajas al barro y te relacionas un poco, ves que pensar eso es pecar de ingenuo. La conservación, como todo, está podrida de miserias: hay demasiados intereses, demasiados apesebrados, demasiados cobardes. Especialmente en todo lo que rodea al lobo. Mucha gente se desilusiona, se rinde y renuncia: desaparece. La ética parece no tener cabida en la realidad. Pero de vez en cuando surgen justos en Sodoma, gente honrada que trabaja y protesta sin esperar nada a cambio. Cuando ese trabajo se les reconoce, lo agradecen con humildad; de la misma manera, cuando ven que algo choca con su ética, no pueden quedarse de brazos cruzados.

El Observatorio del Estado de Conservación del Lobo ha renunciado al Premio a la Mejor Conducta Ambiental, que le fue otorgado por Ecologistas en Acción en el año 2018. El motivo para rechazarlo ha sido saber que, al año siguiente, se otorgó el mismo premio a los agentes medioambientales de Guadalajara. El Observatorio entiende que dicho reconocimiento es incongruente: conociendo bien la labor de estos empleados públicos con el lobo en Guadalajara, no pueden compartir semejante galardón con ellos, concedido en teoría por una buena conducta ambiental. Elegantes, desde el Observatorio no entran en detalles. Pero han renunciado al premio. Por sentido común. Por chocar con su código ético. Por no traicionar sus principios y convicciones.

Tener la honestidad necesaria para renunciar a premios por motivos éticos es algo difícil de ver. El Observatorio dice en su página web que "si bien valores como la ética, la honestidad o la valentía son cada vez más difíciles de encontrar, también en el mundo de la conservación y especialmente con el lobo, todo iría mejor si las personas que participan en el reto que significa su conservación hicieran gala de estos principios". Efectivamente, todo iría mejor si algunos se comportaran según la honradez que en un comienzo se espera de ellos. Ojalá fueran valientes. Para empezar, tal vez habría lobos en Guadalajara. Pero las circunstancias, lamentablemente, son distintas.