Estos días finales de marzo, de prolongado y anormal anticiclón, he dado un par de paseos por la Sierra de Gredos. Sin llegar del todo a la alta montaña, a las bondades de su Macizo Central, este paraíso para la herpetofauna siempre deja avistamientos que merecen la pena.
- Podarcis guadarramae macho soleándose:
- Machos de lagarto verdinegro (Lacerta schreiberi) haciendo lo mismo en viejos muros de majadas:
- Juvenil de lagarto ocelado (Lacerta lepida), con su curioso y casi exótico diseño:
- Algunos hábitats de origen antrópico, dentro de la inmensidad mineral e hidrológica de Gredos, son buenos refugios de fauna; por ejemplo, una laguna artificial bien naturalizada y las ruinas de un aprisco:
- Dentro de la abundante biomasa animal de Gredos destaca, como en muchos otros lugares y pese a la cobarde persecución que sufre, el zorro. No es raro avistarlos por los prados a cualquier hora del día, en busca de topillos o persiguiendo saltamontes. El siempre agradable encuentro con maese raposo: