lunes, 11 de junio de 2018

Tarántula en la lluvia

Tengo que reconocer que, de vez en cuando, no puedo evitar incordiar a las Lycosa hispanica a la entrada de su hura. Esta sensacional tarántula (nombre que los exploradores españoles llevaron a América al encontrar a las grandes arañas de allí) no es tan fiera como pudiera parecer, ya que tienden a huir de la presencia de animales grandes, lo que hace muy difícil que lleguen a picar a un ser humano. En cualquier caso, su veneno, diseñado para paralizar insectos, no hace más daño que el de una avispa.

Las hembras, de hasta cuatro centímetros, pasan la mayor parte del tiempo en el interior de su agujero o bien al acecho al borde del mismo. Los machos, más pequeños, pueden verse correteando a gran velocidad por las laderas del monte mediterráneo.

Dejo algunas fotos de una Lycosa fotografiada en el Alto Tajo, en un lluvioso día de junio que más parecía de invierno. De esas veces en que el protagonista está dispuesto a posar y se echa de menos un buen objetivo macro. Obsérvense los grandes quelíceros, los pedipalpos y los ojos frontales propios de todo predador, diseñados para enfocar.




Equipo: Sony DSC-HX350.