martes, 5 de junio de 2018

Los problemas del sapo partero (Alytes sp.)

Los sapos parteros común (Alytes obstetricans) e ibérico (Alytes cisternasii) son dos especies de pequeños anuros peninsulares, de color gris pardo levemente moteado, que se caracterizan porque los machos portan encima el cordón de huevos fecundados hasta que las larvas están lo bastante crecidas como para depositarlos en el agua.  La gran diversidad en formas y comportamientos que esconden los anfibios ibéricos, dentro de su relativamente moderada diversidad, no deja de ser fascinante y generalmente desconocida. Pese a que estas dos especies de Alytes están catalogadas como de "preocupación menor" a nivel global (UICN, 2006), muchas poblaciones se encuentran en franca regresión. 

El principal factor, además del cambio climático, las sequías recurrentes o la afección por hongos (quitridiomicosis), es la destrucción o modificación de algunos de sus principales puntos de reproducción: abrevaderos, pilones o albercas, elementos cuyas características han cambiado con el abandono del medio rural y los usos tradicionales. Estos elementos tan típicos de los pueblos y su entorno también se han visto afectados por las modernas intervenciones estéticas, que nunca tienen en cuenta que estos puntos de agua son claves para algunas especies de anfibios. 

Es de vital importancia la presión de científicos, expertos y naturalistas, ya sea a nivel particular o asociativo, para asesorar a las administraciones en unas actuaciones de conservación que además son particularmente sencillas y de bajo coste. Lamentablemente y como suele suceder, en un país donde se ha permitido la extinción del urogallo o donde el lobo se gestiona a tiros, pequeñas joyas como los anfibios importan a muy poca gente y las administraciones no les dedican el más mínimo esfuerzo, con lo que la desaparición progresiva de muchas poblaciones ocurre en medio de un discreto y terrible silencio.

La imagen de un sapo partero común cargando con la ristra de huevos a la espalda es, sin duda, una auténtica maravilla de la naturaleza. Hace unos días pude observar un ejemplar de una población de montaña (~1400 m.s.n.m.), mientras nos encontrábamos rodeados del coro de cantos de otros machos, un leve silbido que recuerda al del autillo, nunca al canto de un anfibio.





-Equipo: Huawei P20 Pro.