jueves, 26 de abril de 2018

Un bicheo de primavera

Después de un par de semanas sin poder salir al campo, afrontaba aquel día de libertad completa con una feliz serenidad. El despertador sonó mientras aún era de noche, conduje bebiendo café y escuchando en la radio las estúpidas noticias del mundo de los hombres, y dos horas después me bajaba del coche en un remoto paraje con el sol apenas amanecido. Ya cantaban los pájaros: herrerillos, cucos, bandos de mitos. Observé con placer que el arroyo llevaba bastante agua: hacía cuatro años que no lo veía así. Más allá del sencillo placer de pasar toda la jornada caminando libremente por montes salvajes, sin caminos ni injerencia humana alguna, andaba con los ojos atentos a cualquier pequeño movimiento.

Las altas temperaturas y la abundancia de agua (además de lo paradisíaco del entorno) prometían un día productivo en cuanto a herpetos (anfibios y reptiles) se refiere. Tenía buenas vibraciones, pero los registros superaron las previsiones que llevaba en mente. Pude documentar ocho especies, tres de anfibios y cinco de reptiles, aunque sé que allí habitan muchas más que no pude descubrir, bien por sus costumbres o velocidad, bien por sus hábitos horarios. Dejo aquí una muestra fotográfica de algunos de estos seres maravillosos que pude observar, tan curiosos y sorprendentes en su variedad.

- Normalmente se utiliza la expresión "ojos de sapo" como calificativo despectivo. Yo debo tener el gusto atrofiado, porque pocas obras de la naturaleza me parecen más bellas que los ojos del sapo corredor (Epidalea calamita):



- Sapo común (Bufo spinosus), macho, encontrado al atardecer en el curso de un arroyo estacional. El pequeño tamaño les diferencia de las hembras:


- Dos ejemplares de lagartija ibérica (Podarcis hispanicus) soleándose en la mezcla de rocas y sillares de caliza de un remoto aprisco de pastores. Obsérvese la diferente librea, moteada en el macho, linear en la hembra:



- En el mismo muro en el que descansaban las Podarcis, distinguí desde lejos una pequeña forma negra. Me acerqué despacio, pensando en un principio que pudiera tratarse de alguna lagartija melánica. Cuál fue mi sorpresa al sorprender una Tarentola mauritanica, especie de geco que está expandiéndose de manera sorprendente a partir de los cursos fluviales. Dicen que es debido a la atemperación de las mínimas debido al cambio climático, pero lo cierto es que en este lugar es normal amanecer en invierno a quince bajo cero:


- Más abundante que las Podarcis hispanicus es en esta zona la lagartija colilarga (Psammodromus algirus). Como curiosidad, pude observar las gráciles capacidades natatorias de un ejemplar joven:



- Sabía que la culebra viperina (Natrix maura), de lejos el más abundante de los ofidios ibéricos, iba a aparecer por allí. Nunca dejará de sorprenderme la capacidad que tiene esta especie para adaptar su coloración al entorno en el que vive. Si abundan las algas, la Natrix maura serán verdes. Si las aguas son bermejas, serán rojas. Si como en este caso predominan los tonos pardos y arena, así serán las culebras:


Andaban por allí también el lagarto ocelado, el eslizón tridáctilo, la rana común, el sapillo moteado, la víbora hocicuda y varias especies más de culebras, pero no quisieron posar para las fotografías. Sin embargo me daba con un canto en los dientes. Como siempre, al regreso de una fructífera jornada de campo, pensaba en el privilegio que había tenido de poder estar allí, en aquel remanso de paz y tranquilidad, rodeado de silencio y vida salvaje. No desearía haber estado en ningún otro lugar, ni haciendo ninguna otra cosa.

"It is an incalculable added pleasure... to know, even slightly and imperfectly, how to read and enjoy the wonder-book of nature"
Theodore Roosevelt.


Equipo: Canon 600D con objetivo Tamron 16-300mm.