viernes, 24 de septiembre de 2021

LOS DAÑOS DEL LOBO SON INSIGNIFICANTES SOBRE UNA GANADERÍA EXTENSIVA EN CONSTANTE EXPANSIÓN

 Las cifras oficiales ponen de manifiesto que la cabaña ganadera en las provincias de Ávila, Segovia y Salamanca ha aumentado un 83% en los últimos 25 años; mientras que los daños del lobo suponen un ínfimo 0,13% anual sobre el total de animales en extensivo.

«Para qué invertir en ganadería si los lobos acaban con ella». «El lobo dispuesto a acabar con los ganaderos». «Para algunos, vale más un lobo que un ganadero». Cualquier ciudadano que trate de informarse acerca de la relación de lobo con el ganado descubrirá que este tipo de titulares, de dudosa seriedad, encabezan todas las noticias y referencias al respecto. Que los lobos matan terneros y ovejas es algo que nadie discute; sin embargo, es un ejercicio de responsabilidad evaluar las cifras oficiales para cuestionar los intereses sectoriales que están detrás de la mal llamada gestión del lobo.

La región española con más lobos es Castilla y León, siendo Salamanca, Ávila y Segovia las provincias donde el lobo genera más polémica. Analizando estos territorios, según última serie histórica de datos (2016-2020) sobre ataques de lobo al ganado¹, descubrimos que, en el conjunto de la cabaña en extensivo incluyendo bovino, caprino y ovino, los ataques de lobo afectaron 0,13% sobre el total de cabezas. Un caso paradigmático es la provincia de Salamanca, donde los lobos son perseguidos con saña: durante este periodo el bovino en extensivo ha pasado de 373.370 a 411.984 cabezas, los daños por lobos ningún año han superado el 0,03% del total.

Realizando una media por provincias y tipos de ganado² obtenemos la siguiente tasa de incidencia:

INCIDENCIA MEDIA DE DAÑOS 2016-2020

 

SALAMANCA

ÁVILA

SEGOVIA

TOTAL

OVINO/CAPRINO

0.045%

0.081%

0.13%

0.08%

BOVINO

0.015%

0.61%

0.49%

0.21%

Si profundizamos en los datos actualizados más recientes, para las tres provincias analizadas en el período 2016-2020, encontramos que para el conjunto ovino-caprino ha habido un total de 3.041 ataques sobre un total de 3.900.236 cabezas, lo que supone un exiguo 0.08% del total; en cuanto al vacuno, 6.251 ataques sobre 3.004.146 cabezas, esto es un 0.21%. En resumen, cualquier muestra estadística refleja con toda claridad que la incidencia del lobo sobre la cabaña ganadera, en las provincias con mayor “conflictividad” y protestas, no deja de ser testimonial.

Ahora bien, si nos informamos acerca de cuál es la tasa asumible de muertes para garantizar la rentabilidad de las explotaciones bovinas³, encontramos que el 85% de las vacas paren y se encuentra oficialmente aceptado que un 5% de muertes garantiza la rentabilidad de las explotaciones y del sector. Un sector que, por otra parte, no ha dejado de crecer: entre 1995 y 2020, en cuanto a bovino en extensivo, en Salamanca de 251.452 a 411.984, un crecimiento del 64%, en Segovia se ha pasado de 24.779 a 53.369, un 115% de incremento y en Ávila de 62.038 a 155.252, un espectacular aumento del 150%. 



Es decir, pese a que los lobos parecen empeñados en arruinar el mundo rural, el bovino en estas zonas ha aumentado, de media casi un 83%, en veinticinco años.



Con estos datos encima de la mesa, resulta escandaloso que en muchas regiones de España las administraciones autonómicas maten lobos para contentar presiones sectoriales, utilizando una especie patrimonio de todos como chivo expiatorio para no afrontar los verdaderos problemas del sector ganadero, como son los bajos precios de mercado o la competencia con las importaciones: resulta aún más sorprendente que los ganaderos de a pie caigan en esta manipulación. Por otro lado, matar lobos diluye la estructura de los grupos familiares y aumenta los ataques al ganado: la fractura de un grupo familiar suele implicar la formación en grupos más pequeños con menor capacidad de depredación sobre presas salvajes.

A este respecto, desde el Observatorio del Estado de Conservación del Lobo tenemos que denunciar el hecho de que biólogos, investigadores y técnicos promuevan o justifiquen la muerte de lobos, ya sea mediante control letal o aprovechamiento cinegético, algo que consideramos especialmente grave, así como la imprescindible complicidad de los agentes medioambientales con esta gestión. Entre otras cosas, el lobo nos enseña que aquellos que deben defender la biodiversidad y su convivencia con el mundo rural hacen precisamente lo contrario.

Observatorio del Estado de Conservación del Lobo (OECL)

Abraham Prieto
José Antonio de la Fuente
Jesús Anero

 REFERENCIAS:

(1) Plan    de        conservación y          gestión          del       lobo    en       Castilla          y          León: https://medioambiente.jcyl.es/web/es/medio-natural/plan-conservacion-gestion- lobo.html

(2)https://www.mapa.gob.es/es/estadistica/temas/estadisticas- agrarias/ganaderia/encuestas-ganaderas/

(3) CECALE. Informe sobre el sector cárnico en Castilla y León: Junta de Castilla y León.