martes, 20 de marzo de 2018

Zorros de verano (II)

El pasado verano tuve la oportunidad de seguir en detalle las evoluciones de una manada de lobos. Dediqué muchos días a ellos, siendo cada jornada un cúmulo de aprendizaje y experiencias relacionadas con el estudio e interpretación de su comportamiento. Apenas dediqué un par de mañanas a sentarme entre los arbustos y observar antes de echar a andar, ya que no estaba allí para eso y apenas me interesaba. Sin embargo tuve la suerte de ver a uno de lejos. Me lo señaló un corzo, petrificado como una estatua con las grandes orejas desplegadas y abiertas al lugar por donde apareció la silueta. Pero él no se movió.

Durante aquellos días de verano, los avistamientos de zorros (Vulpes vulpes) fueron en cambio mucho más abundantes y variados, y además, no buscados. Casi todos los días, al amanecer o al atardecer yendo o volviendo de la zona de trabajo, me topaba con algún zorro en la carretera o los caminos. Algunos se dejaron fotografiar, otros fueron encuentros fugaces.

Dedico esta entrada de fotos tiradas a mano alzada a nuestro hermano el zorro, eterno compañero de caminos, observación siempre emocionante para todo naturalista. Animal injustamente perseguido por los asesinos lúdicos; ser de extrema belleza, denostado por políticos y gestores de la naturaleza. ¿Llegará el día en que no se puedan matar zorros en España?. Aunque son piezas clave en el ecosistema y en absoluto afectan a la egoísta caza menor, a nadie parece importarle. Con el zorro hay carta blanca. Ellos, en cambio, parecen defenderse con cierto éxito de esos infames monstruos de dos patas que tanto les odian. Corre, amigo zorro, corre como el viento.

Imágenes

- Zorro al amanecer recorre los campos recién segados. En ocasiones, se me antoja que los zorros atravesando los llanos parecen chacales o coyotes viajando por las llanuras de países distantes.


- Dos jóvenes ejemplares del año. Tuvieron la desgracia de nacer muy cerca de un pueblo populoso en escopetas. Solía verlos fugazmente todas las tardes. Hasta que un día dejaron de aparecer.


- Hermoso macho entre brezos y jaras, con esa típica mirada del zorro que no sabe si escoger entre la curiosidad o la prudencia.


- De todos es sabido que las carreteras son un sumidero de mortalidad para nuestra fauna salvaje. Cuando un zorro aparece de súbito sobre el asfalto siempre se nos encoje el corazón. Muchos no tienen suerte, como el zorrezno de la siguiente fotografía, que no tuvo la oportunidad de vivir ni siquiera tres meses. No se molestaron ni en parar el coche y apartar el cadáver de la carretera.



- El criminal mundo de la caza y toda la arrogancia, desconocimiento y maldad inherente que lo rodean encuentra en el zorro uno de los principales blancos de sus iras. ¿Qué hay mas emocionante que pegar un tiro a una criatura tan bella? En nuestro país, esas "leyes" que protegen las psicopatías permiten que, en la práctica, se puedan matar zorros todo el año.



- Otro ejemplar joven nacido en el año. Menor corpulencia, pelaje de la cola poco desarrollado. Le sorprendí en una pradera en un amanecer de julio, buscando ratones y topillos.


- Ejemplar adulto, miembro del mismo grupo familiar que el zorro juvenil anterior. Estaban cazando juntos en el mismo prado. Recientemente se está descubriendo que los zorros tienen un comportamiento familiar complejo, cooperativo y solidario, y que ni mucho menos son esos independientes animales merodeadores que se piensa.


Y palabras...

El zorro pareció muy intrigado: 
- ¿En otro planeta? 
- Sí. 
- ¿Hay cazadores en aquel planeta? 
- No 
- ¡Eso es interesante! ¿Y gallinas? 
- No. 
- Nada es perfecto -suspiró el zorro.
Capítulo XXI de "El Principito", Antoine de Saint-Exupéry.

··Equipo fotográfico: Canon 600D con objetivo Sigma 18-300mm··