Un pequeño reportaje del par de días que pasé a principios de octubre en El Cairo. Esta ciudad es la mayor de África y Oriente Medio, con más de dieciséis millones de habitantes en su área metropolitana, aunque los guías nos comentaban que en total, contando con los habitantes "flotantes", a día de hoy llega a los veinticinco.
Un típico destino para los turistas que visitan El Cairo es el mercado de Khan El Khalili, abierto las 24 horas del día. El mejor momento para visitarlo es por la noche, tanto por la temperatura como por la ambientación natural del mercado; la noche aumenta el exotismo. Un exotismo que se diluye con facilidad al hablar los vendedores egipcios perfectamente el castellano y reconocerte como español desde lejos, "por la forma", dicen.
Una bebida típica egipcia es el karkadé, "la bebida de bienvenida". Es una infusión a base de la flor del hibisco, quedando una bebida ligeramente densa y con un sabor agridulce. Se toma fría o caliente. Me traje un par de bolsas para prepararla aquí, pero no queda tan bien como la que preparan los egipcios:
Es frecuente ver por las calles fotografías, carteles o pancartas de Hosni Mubarak, presidente que lleva desde 1981 en el poder. Ganó las últimas elecciones "democráticas" con más del 90% de los votos. Tampoco es raro ver retratos tanto de Mubarak como de Nasser en el interior de casas y comercios. Puede parecer un rasgo tercermundista y dependiente, pero nosotros mismos estábamos así prácticamente ayer:
Tanto en El Cairo como a lo largo de todo el país hay policía por doquier, principalmente en todo lugar frecuentado por turistas. En términos aproximados, de los 80 millones de habitantes que tiene Egipto, un millón de ellos trabaja como policía, lo cual es un porcentaje altísimo, que multiplica varias veces al español.
El turista verá con más frecuencia a la Policía Turísitca y de Antigüedades, vestidos de blanco, armados con AK-47 y apostados alrededor de todo monumento o mercado:
Policía militar:

Las pirámides de Giza
En El Cairo es impresionante contemplar las Pirámides desde las calles. Es sobrecogedor divisar estos gigantes de 4500 años de antigüedad mientras se pasea por la ciudad; sin duda, se trata de una imagen imborrable que queda en la retina para siempre: